¿Qué tienen en común cuatro jóvenes de Valencia, Salamanca, Barcelona y Valladolid para reunirse cinco o seis veces al año durante el último lustro en diferentes ciudades de España? La respuesta es la música y Pablo Alborán. "Es algo especial. Sus conciertos son diferentes. Te mira mientras actúa", resume Cristina Pintado. "Su directo es único", añade Laura Rodríguez. Estas dos jóvenes, de Valencia y Salamanca, de forma respectiva, son las primeras personas situadas en la cola para el concierto que el cantante ofrecerá mañana por la noche en la Universidad Laboral. Comenzaron el primer turno a las seis de la tarde de ayer. De noche les dieron el relevo sus dos compañeras de fatiga, de Valladolid y Barcelona.

Pablo Alborán regresa a Gijón dos años después de su último concierto, en el que congregó a 8.500 personas. Para mañana ya se esperan un mínimo de 5.000 fieles. "Hay que matizar que Pablo Alborán tiene fama de triste y no es así", explica Laura Rodríguez. Ambas consideran "una fiesta" cada vez que le ven en concierto. Les gusta planificarlo todo y tomar la mejor posición posible. "Tendremos que correr nada más que entremos", afirma Pintado, en referencia a la posición que tomarán en la Universidad Laboral.

Chaqueta, comida, dos sacos de dormir y una tienda de campaña es el kit básico de supervivencia con el que acuden a la cita. "El único inconveniente aquí es el frío. Vengo de tener casi 40 grados en Valencia", explica Cristina Pintado.

Más de 48 horas de espera para ver un concierto de una gira que comenzó el pasado 28 de febrero en Bogotá, Colombia, y en el que Pablo Alborán recorrerá 20 países de Europa, Latinoamérica y Estados Unidos. Su último disco lo lanzó el pasado 11 de noviembre de 2014. Un proyecto, el tercero de su carrera, con un Pablo más maduro como compositor, pero sin olvidar la frescura de sus inicios.

A lo largo del día de hoy se espera que vayan llegando más fans para vivir lo más cerca posible uno de los conciertos más esperados del verano gijonés. Tanto para los asturianos como para los fans de todo el país que quieren disfrutar de su música.

Ayer por la noche actuó en Cádiz. Mañana lo hará en Gijón y un día después estará en La Coruña. La fiebre por Pablo Alborán nació en Cristina y Laura hace siete años, cuando se conocieron. Desde entonces no han parado de viajar juntas para vibrar con sus conciertos. Y como ellas, el resto de fieles que se unrán hoy a la cola para verle de cerca mañana en La Laboral.