Sensibilidad, desparpajo e inspiración acompañaron a la cantautora manchega Rozalén (Albacete 1986) la pasada noche en Poniente. Encantos con los que conjuró a la lluvia, que pese a caer con ganas minutos antes de su concierto, dio tregua para que Gijón no se perdiera su recital. La propia artista confesaba en los inicios de la actuación -en las primeras de las muchas frases con las que se dirigió al público- que "llevaba todo el día" pendiente de las predicciones de lluvia, antes de poder centrarse en lo suyo: cantar.

Rozalén tuvo en 2014 su año de explosión. Su álbum de debut "Con derecho a..." lograba entonces el disco de "oro", una noticia sensacional para esta artista que en apenas un año despuntaba en internet y en las redes sociales. La joven se ha hecho un hueco en la élite de la música hecha en España, un éxito que paladea y que le ha dado seguridad para hacer otras cosas. En mayo concluyó la grabación de otro disco, un trabajo en el que experimenta con nuevos estilos sin perder su sello personal. "Jugamos con un montón de ritmos diferentes y de hecho ahora podemos hacer cosas aun más radicales, el tema de la teatralidad y el humor siempre está muy presente en el espectáculo", explicó la joven artista en Gijón. "Quién me ha visto", saldrá a la luz en septiembre, pero Rozalén ya dio un pequeño adelanto al público asturiano con canciones como: "Ahora", ""Será mejor", "Berlín", "La Belleza" y el single "Vuelves".

"La gente se va a dar cuenta, va a anotar un cambio. Yo me veo mucho más madura, porque es verdad que las del primer disco son mucho más 'happyflower', como si no lo hubiera pasado mal en mi vida. Es verdad que en estos dos años, como ha sido todo tan intenso, me he dado cuenta de que hay cosas de este mundo que no me gustan absolutamente nada. En el segundo disco hay más rabia, más ironía, porque el humor siempre está presente en nosotros. Hay más búsqueda de melodías y de ritmos, pero en la letra es donde más diferencias encontramos", razonó Rozalén.

Al margen de cosas mas nuevas, en Poniente no faltaron temas como "Para los dos", "80 veces", "Comiéndote a besos" o "Saltan chispas" -sus temas más conocidos-, ni faltó tampoco la intérprete de lengua de signos, Beatriz Romero que le acompaña en las actuaciones. Le sigue en sus conciertos creando "música para los ojos". Esa peculiar relación la explicó ayer Rozalén: "Fue como una casualidad porque lo hicimos una vez y lo empezamos hacer con conciertos enteros. Bea y yo nos conocimos en Bolivia, ella se hizo fan de mi música y yo de su trabajo. Cuando ella venia a verme a los conciertos, espontáneamente en uno le invité a subir para que hiciera la canción de 'Las Hadas' que es súper rápida, y quedó fenomenal. Tenemos mucho 'feeling', yo creo que fuimos hermanas en otra época".

Con un ritmo totalmente distinto, pero conquistando igualmente al público, actuó en la plaza Mayor Gaspard Royant. Un periodista francés reciclado en artista al más puro estilo "Doo-Wop Garage 'n Roll", que subió al escenario con una total elegancia, tanto en su música como en su vestimenta. Fue una jornada de derroche de desparpajo.