Mercedes Rodríguez muestra con orgullo su producto estrella: el chambrón de San Timoteo. Los hay de todos los colores imaginables, y de las más diversas tallas: desde los XL para la gente "grande" hasta diminutos para bebés. Incluso, cuenta esta modista valdesana que lleva veinticinco años elaborando esta indumentaria típica, que llegó a coser un chambrón para un niño de once días. Y es que la devoción por el santo, en Luarca, se mama desde la cuna, y acompaña a uno durante toda su vida. Sólo así se explica que esta fiesta llegue plena de salud a su 105.º aniversario, que se cumple este año. Una cita que nadie se quiere perder.

Luarca es un hervidero de gente que vive las fiestas de San Timoteo por todos los poros. La villa se llena estos días de música, jolgorio y alegría para rendir homenaje a su patrón siguiendo el estilo que marca la tradición. No pueden faltar ni las "T" de pan, ni los chambrones, ni mucho menos los bastones mañana en el prao de la fiesta, que según todas las previsiones estará a reventar.

"Lo recibimos casi con resaca después de todas las fiestas que llevamos , pero con mucha ilusión", bromea el presidente de la Cofradía de San Timoteo, Antonio Álvarez 'Tono'. No paran de registrar nuevos cofrades (ayer hicieron el número 3.993) y de ultimar los detalles para que nada quede a la improvisación en la gran fiesta de mañana.

"El prao está perfecto, sin ningún problema, muy limpio, igual que la capilla. Este año la hemos reformado, con un cambio de techo y una mano de pintura, más vistosa. Ha quedado muy guapa. Fue una reforma total. A ver lo que dura así", señala Tono. Sobre las previsiones que auguran nubarrones con precipitaciones sobre la zona durante la jornada de mañana, el presidente de la cofradía asegura "no tener ningún miedo, porque los partes cambian cada día", además de que "si llueve, hay que mojarse, no queda otra". Por lo tanto, los paraguas y chubasqueros deberán ir en el equipaje para San Timoteo, pero siempre con la confianza puesta en que el santo aleje la lluvia a última hora.

Aunque son algunos los que se acercan por la tienda de Mercedes Rodríguez para hacerse con chambrones sueltos, lo más común es que cada grupo o peña reserve, con meses de antelación, su modelo, que puede personalizar con diseños y colores variados. Lo que nunca puede faltar es la gran "T" en la espalda. "Siempre hay trabajo, porque los grupos aumentan, los niños crecen y muchos renuevan el chambrón cada ciertos años". El que más se vende, asegura la modista, es el azulón, aunque ahora los hay para todos los gustos. El origen de esta tradición, cuenta Rodríguez, es una peña luarquesa que, tras acudir a Pamplona, donde vio esta prenda en unos Sanfermines, la introdujo en unos carnavales, "celebrados en Luarca el 19 de agosto de 1963", concreta la modista. De ahí, al estrellato. Hoy en día no se concibe un San Timoteo sin un mar de chambrones.

Tampoco puede faltar a la cita la "T" de pan, que lleva más de medio siglo formando parte de la cultura "timoteína". Es una pieza más del atuendo típico. La Cofradía de San Timoteo ha encargado unas 5.000, y más de la mitad ya han sido repartidas el pasado domingo en el "Día del cofrade". "Llevan solamente harina y agua", señala Isaac Cernuda, de la panadería Aldín, que llevan fabricándolas desde 1.999. "Es una masa que pasan por una laminadora y a unos moldes. Se pone en la bandeja, se cuecen y ya está", explica Cernuda,

Los espectaculares fuegos artificiales que esta medianoche colorearán el cielo del muelle luarqués son el pistoletazo de salida perfecto para el 22 de agosto, una fecha marcada a fuego para muchos. Una fecha en la que sin ninguna duda miles de gargantas volverán a entonar aquello de "Día de San Timoteo, día del Santo Patrón?"´; y en el que muchos acabarán muy mojados, llueva o no, tras el regreso desde el prao de la fiesta hasta la verbena final.