El escritor Robert Shearman (1970) es un tipo de natural festivo. "Nunca entiendo que me incluyan en antologías de relatos de terror, cuando lo que yo escribo es humor", sonríe con malicia. Pero esto que dice no es del todo cierto. El dramaturgo británico es el responsable de la resurrección de los daleks, los archienemigos del Doctor Who, el alienígena de la BBC que lleva viajando por el tiempo y por el espacio desde hace medio siglo y en, al menos, doce encarnaduras distintas; uno de los personajes legendarios de la ciencia ficción televisiva que centra esta tarde la última jornada de la quinta edición del Festival Celsius 232 de fantasía, ciencia ficción y terror, cuatro días con la imaginación desbordada. "Está claro que es eterno. Si la BBC decidiera cancelar la serie es seguro que alguien lo resucitaría. Hubo un tiempo en que nadie podía pensar así: cuando terminó el primer serial, pero eso ya ha pasado", subrayó Shearman.

El escritor británico presentó ayer en Avilés el libro "Homo homini lupus", una antología en español de varios de sus mejores cuentos, una publicación digital de la editorial Fata Libelli, de Silvia Schettin. Con ella, precisamente, y con uno de los tres codirectores del Celsius 232, Diego García Cruz, dialogó largo y tendido sobre los secretos de la narrativa corta y sobre los proyectos de futuro. "Estoy escribiendo mi primera novela", anunció a una carpa repleta de seguidores ayer a mediodía. El anuncio de futuro se selló con aplausos estridentes. "Estos mismos aplausos fueron los que dio mi agente cuando se lo dije a él", bromeó.

El recorrido creativo de Shearman ha ido, hasta ahora, por las lindes del teatro, el gag cómico y los guiones de televisión. "Voy a escribir también un guión para un largometraje", añadió, pero aquí no obtuvo el mismo éxito que cuando habló de su próximo proyecto literario. "Llevaban tiempo diciéndome cuándo pensaba escribir algo largo para que ganemos todos pasta", explicó. "Siempre pensé que los relatos son algo mágico...", reconoció.

Estos días también pasea por Avilés el periodista Doc Pastor, que es autor, entre otros, de "Doctor Who. El loco de la cabina" (Dolmen), un estudio sobre la serie, los actores, su recepción y las claves de su éxito: "Es una producción muy inglesa, como 'Los vengadores'. Está llena de tópicos que sólo los ingleses conocen, pero eso, precisamente es la materia que explica sus seguidores", apuntó Pastor, que en unas semanas publicará otro estudio, esta vez centrado en los años dorados de la serie: los de 1963 a 1989.

Robert Shearman era un escritor más cuando un día recibió una llamada de Russell T. Davies, el productor de la nueva versión de "Doctor Who", la que renació de sus cenizas en el año 2005. "Me citaron en la BBC, pensaba que estaban confundidos, que cuando llegara a la mesa me iban a decir: 'que no, que no es a ti a quien buscábamos'. Pero era mí. Davies me conocía, pero yo a él no. Me mandó resucitar a los daleks... y me puse a ello. La BBC quería que ese fuera el primer episodio, pero Davies dijo que no, que mejor por la mitad", recuerda. Fue el sexto y fue tan bueno que quedó finalista en los premios "Hugo". Y Shearman comenzó a formar parte de una mitología que le relaciona con los viajes en el tiempo, la maldad y la sonrisa más allá de toda imaginación posible. Por eso no señala "su" doctor preferido. Menciona al segundo -Patrick Trougton- porque era el de su adolescencia, pero también menciona a Peter Capaldy, el último. "David Tennant, el décimo, es un viejo amigo. Cuando me lo cruzo por la calle le saludo", reconoció el guionista de una saga que, según Doc Pastor, "ha creado un público de calidad", una razón pertinente para su supervivencia más allá de productores, actores o guionistas. "El público de calidad demanda productos de calidad y no cabe duda de que esta serie lo es: junta la ambición didáctica con la pasión con la aventura. Hay capítulos maravillosos, como el de Van Gogh, y luego los hay que no merece la pena recordar". No es el caso de "Dalek", el de Shearman, un escritor británico que dice no conocer su país "desde que hace un mes" decidió dejarla Unión Europea. "Siento vergüenza, nunca me había pasado". Al Doctor Who tampoco.