El equipo de "Priscilla" ya ha hecho despliegue de medios en Gijón. Se han necesitado treinta y siete técnicos para desembalar todo el vestuario, caracterización y atrezzo de esta producción, que, con primera parada en el Jovellanos, comienza ahora su gira por España.

El equipo de Juanjo Dex, jefe de vestuario de 'Priscilla', lleva trabajando desde el jueves entre plumas y purpurina. El artista, que ha participado en producciones como "Cats", "Sonrisas y lágrimas" o "Avenue Q", reconoce que éste es el musical más espectacular en cuanto a vestuario. Los quinientos trajes y el millar de zapatos que se podrán ver a partir del viernes sobre las tablas del Jovellanos ocuparon nada más y nada menos que dos trailers enteros, además de las lavadoras y las secadoras que se trajeron desde Madrid. "Este es el vestuario que se usó en la producción original de Londres y, como tal, requiere un trabajo de mantenimiento permanente. En toda la representación solo se repite un vestido, que lleva uno de los personajes principales en dos momentos de la obra", señalaba Dex, que insiste en la complejidad del baile que tiene lugar detrás de las tablas, en el que cada miembro del elenco se transforma de pies a cabeza en cuestión de segundos.

La indumentaria, además de original, es un guiño a Australia, espacio donde se desarrolla el musical. "Según el lugar en el que estén los personajes, el vestuario cambia, desde Sydney a Alice Springs, los trajes cobran matices diferentes", explica Dex. El culmen creativo llega en la escena final, cuando el vestuario refleja la fauna y la flora del país, y los personajes rinden tributo a la Opera House de Sydney.

Además de enfrentarse a veinte cambios de ropa, el elenco de 'Priscilla' tiene que bailar, cantar y moverse por el escenario sobre vertiginosas plataformas -"gumbies" (trajes de cuerpo entero, incluidos zapatos) en su versión más atrevida- lo que requiere horas y horas de ensayos y concienciación.

El mismo mérito lo tienen las tres responsables de caracterización, que llevan a cabo un trabajo laborioso y cuidado al milímetro. "Todo lo que los personajes llevan en la cabeza es responsabilidad nuestra. Además de los aparatosos cambios de peluca, más de ocho por cada personaje en muchos casos, el maquillaje requiere un trabajo constante: se deben hacer retoques continuos debido a que los actores sudan mucho sobre el escenario", explicaba Laura Rodríguez, encargada de caracterización. Para agilizar el proceso, el equipo de maquillaje gestó la idea de las máscaras como alternativa a la pintura. "Cada máscara tiene nombre y apellidos, la gran mayoría se idearon para los cambios de los chicos del elenco a 'drag queens'", señala la maquilladora, que añade, que cada antifaz, "es una reproducción de la cara de cada actor, perfectamente ajustable a su fisionomía". Las máscaras, dibujadas con aerógrafos de pintura acrílica y decoradas con plumas y purpurina, pasan desapercibidas desde el palco de butacas.

A pesar del estrés y las prisas, las responsables de maquillaje de "Priscilla" insisten en que nunca han cometido un error. "En el teatro, siempre acaba saliendo todo, no se sabe cómo", señala la experta. "Para 'Priscilla' hemos necesitado sesenta y cinco pelucas, además de todos los tocados" señalaba la maquilladora, que cada día tiene que enfrentarse a cambios de maquillaje de menos de veinte minutos.

Los postizos que más trabajo dan son las pelucas, que las responsables tienen que repeinar todos los días. "Cada peluca está hecha a medida, y, tenemos que arreglarnoslas para ajustársela en la cabeza a las chicas en menos de diez segundos", explicaba Rodríguez. Un trabajo no apto para todo el mundo, cuyo resultado se podrá disfrutar en Gijón a partir del viernes.