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Ellos también se hacen las uñas

Por estética o por rebeldía trangesora, aumentan los hombres que se hacen la manicura

El incidente del rapero Bad Bunny en un centro estético de Oviedo ha puesto en boca de todos a los hombres que se hacen la manicura. Los especialistas de estos centros lo tienen claro: "Cuidarse las manos y pintarse las uñas está cada vez más de moda entre los chicos". Poco a poco se van rompiendo los estigmas sobre la manicura y la masculinidad. "Cada vez hay más demanda, las manos son importantes en el culto al cuerpo", explica Nacho Álvarez del centro estético masculino Urban Men, en Gijón.

Hacerse las uñas se ha convertido en parte de la rutina de muchos chicos, ya sea por razones estéticas o a modo de reivindicación: no es sólo cosa de mujeres. En Asturias la manicura masculina esta cogiendo fuerza y los centros donde se realiza coinciden en que "cada vez se pide más".

Los hombres se hacen cada vez más tratamientos en las manos y en las uñas y, aunque aún no es común ver a chicos con uñas de colores llamativos o manicuras arriesgadas, cada vez más se hacen este tipo de cuidados. "Suelen pedir cosas bastantes clásicas", explican en Urban Men, un centro estético gijonés especializado en tratamientos masculinos.

A pesar de que la mayoría de los jóvenes que acuden a estos centros aún optan por cosas discretas y esmaltes mates, este cuidado cada vez mayor por las uñas rompe con los estereotipos clásicos de que los hombres no pueden cuidarse las manos. "Con las generaciones nuevas no hay problema, no tienen prejuicios, con los mayores aún cuesta un poco porque tienen el chip antiguo" explican desde el centro.

Para muchos chavales pintarse las uñas tiene otras implicaciones, "va más allá de ser un chico que se arregla las uñas por estética. Pintarme las uñas es un juego de rebeldía y auto aceptación. Es rebeldía porque molesta, solo hay que ver la cara de la gente o la risa de los niños al ver mi barba y después mis uñas rosas; y es auto aceptación porque hacerlo significa abrazar la feminidad que me han negado por ser hombre", explica David Merino, ovetense de 22 años.

"El rechazo a las actitudes o comportamientos asociados a la feminidad están relacionados con el machismo y al 'cisheteropatriarcado', y cuando son llevados a cabo por un hombre se desarrolla muchas veces en forma de homofobia, 'plumofobia' o 'transmisoginia'", añade.

Como explica este joven, "aún existe estigma sobre los chicos que se pintan las uñas, existe estigma sobre cualquier acción que transgreda o rompa las normas de género que nos son impuestas por el sistema. Nos enseñan que no podemos hacer cualquier cosa que socialmente relacionemos con la feminidad".

"Cuando eres un chico, ir con las uñas pintadas es exponerse al rechazo de la sociedad. No hay un día en el que no recibas una mirada, un comentario de mal gusto o una risa", lamenta David Merino.

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