Cinta adhesiva, varias raquetas y muchas pelotas. Eso fue lo que se encontraron quienes paseaban ayer por la mañana por Begoña. Una pista de tenis improvisada y la presencia de dos de las grandes estrellas nacionales de este deporte: Tommy Robredo y Nicolás Almagro. Los dos tenistas profesionales, que se encuentran en Gijón para disputar la última edición del torneo "Dionisio Nespral" en el Real Club de Tenis de Gijón, comenzaron a dar los primeros golpes a mediodía acompañados de los alumnos más pequeños del club.

Esta actividad busca "promocionar el tenis" en Gijón, señala Héctor Vázquez, director de la escuela de tenis de la ciudad. Una iniciativa paralela al campeonato, y donde el único objetivo es "que tenga acceso la ciudadanía y puedan a ver a las figuras y a los niños de la escuela", insiste Vázquez, consciente de la gran oportunidad que trae consigo la presencia de dos de los tenistas españoles más conocidos del circuito ATP. Además, Vázquez destaca que "en Asturias tener jugadores de estos niveles se da solo una vez al año, en el 'Dionisio Nespral', que es la única oportunidad que hay para ver a jugadores de este nivel", algo que deja claro la magnitud de lo que disfrutaron los viandantes que se acercaron a la cancha de tenis improvisada en pleno paseo Begoña.

Los más pequeños del Club de Tenis de Gijón trataron de demostrar todo su potencial con la raqueta, sacando a relucir variedad de golpes y consiguiendo, en varias ocasiones, que Tommy Robredo y Nico Almagro no quitasen los ojos de encima a sus movimientos al devolver la bola. Además, los asistentes también hicieron lo propio, y en algunos casos se les pudo ver señalando los movimientos de algún participante, muestra clara del buen nivel que tiene Gijón en este deporte.

Tommy Robredo quiso destacar la importancia de este tipo de iniciativas, que consiguen "que la gente lo conozca de cerca y que después se pueda animar a venir al torneo y verlo". Así como para que "los niños tengan la opción de jugar con nosotros". Sobre la asistencia de público también mostró su opinión, señalando que "la gente que promociona el tenis en esta ciudad está involucrada, y hace ilusión llevar a cabo cosas así, diferentes".

El tenista gerundense, que busca revalidar el título después de lograrlo en 1998 y en la última edición, señaló la importancia de la organización, destacando el trato, algo que para él es "lo más importante", y donde tanto él como Almagro llegan para "pasárnoslo bien, que la gente disfrute del tenis y nosotros también". La participación en el torneo no impide a Robredo disfrutar de Gijón, ciudad donde "por la mañana puedes ir a la playa, comer bien y la verdad que aquí en el norte se da todo esto con facilidad", insistió el tenista, quien además señaló que "la gente aquí es muy maja, muy sencilla y me siento muy identificado con ella".

El entrenamiento, que contó con diversos ejercicios, dio paso a unas palabras finales de Robredo, quien dejó claro en Gijón que no planea alejarse por el momento de las pistas. Ayer dio muestras de que se encuentra en plena forma y que le queda cuerda para rato.

Como se puso de manifiesto ayer en la calidad que atesoran algunos de los jóvenes practicantes de este deporte, Tommy Robredo y Nicolás Almagro no deben descuidarse, no sea que muy pronto, otro tenista gijonés, como Pablo Carreño, puede subir a la red a volearles.