La temporada de verano y el calor son los alicientes imprescindibles para aquellos que quieren disfrutar de un chapuzón para combatir las altas temperaturas. La piscina fluvial del área recreativa de Sollovio, en el concejo de Illas, es el lugar de descanso favorito por muchos vecinos de la comarca, principalmente familias con niños. El área recreativa illense y su piscina fluvial son además un imán en los días soleados y ventosos como los de este fin de semana. Cuando el Nordeste azota las playas, en La Callezuela se está en el paraíso. Por eso, es habitual encontrarse la zona repleta de familias cuando el tiempo acompaña. "Estamos encantados", dicen los visitantes.

Madrugar tiene premio. Una pareja y su hija pequeña disfrutan del baño aprovechando que tienen la piscina para ellos solos al ser los más madrugadores. "Es la primera vez que venimos. Tenía fama de estar fría y de haber muchísima gente, pero no ha sido así", asegura Diego García Llanes, que disfruta junto a los suyos de una mañana soleada. "Lo tienen muy bien montado, con el prado para tumbarte y las mesas al rededor. La verdad es que estamos encantados", confiesa. A mediodía comienza a crecer la afluencia de gente, y el recinto se llena de niños que disfrutan chapoteando en el agua. "Venimos a menudo desde que nacieron nuestros hijos", cuenta Arantxa García, que se relaja en la zona de poca profundidad mientras ve cómo juegan sus pequeños. "Pasamos el día entero, podemos dejar a los críos en la piscina, tenemos dónde tumbarnos y un bar al lado para comer", explica. Además, "no hay problemas para aparcar al lado de la iglesia", añade. El único pero lo pone en relación a las tardes: "Después de comer es verdad que se llena de gente".

"El verano va bastante bien de momento", asevera Guillermo Pérez, socorrista encargado de velar por la seguridad de los bañistas. "Vienen personas incluso por semana, de hecho, es cuando más gente ha venido estos meses", continúa. Conchi González, gerente del bar adyacente, admite que la asistencia en julio dependió en gran medida del cielo despejado y las temperaturas cálidas. Por eso, la afluencia podía variar drásticamente entre las doscientas visitas en un solo día hasta no llegar a la decena. "Es solo pedir que haya sol y ya está el día asegurado", cuenta. "En agosto estamos teniendo mejores días, tenemos previsto abrir hasta mediados de septiembre", pronostica la promotora. Afirma también que el horario predilecto de la gente para acudir es después de las cuatro de la tarde: "Suelen venir más bien después de comer, y la mayoría son familias con sus hijos". En las últimas semanas ha notado la presencia de visitantes de otras provincias. "Hemos encontrado personas de Galicia, País Vasco y Valencia. Se enteran de este sitio por internet", testifica.