Carlos Feijóo llegó más allá del aplauso. Con su tableta gráfica, los días de confinamiento aprovechó para plasmar en la pantalla, desde el respeto y la admiración, a los colectivos que tuvieron una especial labor de protección a la ciudadanía. "Yo dibujé todos los días. Me llamaba mucho la atención lo bien que se estaban prestando lo servicios y así fue como empecé con la primera ilustración", cuenta el artista, que muestra su trabajo en la entrada del edificio de Delegación de Defensa del Principado de Asturias. La entrada es gratuita y puede visitarse hasta el próximo jueves.
Empezó con un boceto llamado "Tercios Viejos contra Virus Nuevos": un ejército que acarrea una bandera con una cruz de borgoña lucha contra un enemigo extraño. La bandera que porta ese enemigo consta de un fondo blanco con una mancha roja que representa al adversario común de toda la humanidad durante la pandemia: el virus. Esa misma mancha roja será un elemento conductor de la muestra, presente en todas las obras.
El recorrido, dividido en siete etapas, traslada al espectador al lado más humano de la pandemia en España. Sanitarios, Fuerzas Armadas, Servicios de Emergencia y Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado cuelgan de las paredes, homenajeados en el primer enclave y introducen al visitante. "No he querido olvidarme de otros colectivos y voluntarios que también han tenido un papel clave", aclara Feijóo, mientras sube al primer piso de su exposición "Una mirada a la vocación de servicio". En él, teatros vacíos y espectáculos sin público, recuerdan la agonía de la cultura, lo que precisamente se pretende retomar con esta exhibición. "Aporta frescura y vitalidad a un edificio muy sobrio", comenta el Delegado de Defensa en Asturias, Jose Luis González. Cuadros con fondo blanco, con amarillos, verdes, rosas y azules contrastan con la vitrina roja de fondo, las estatuas y la cruz y los escudos colgados de la pared. Pero especialmente, con los días oscuros que vivió la institución durante el confinamiento. "No tenían donde tomarse un bocadillo o ir al servicio, y esto se convirtió en algo parecido a un refugio", recuerda el comandante Jesús Pina.
Después de la cultura, la muestra mira a la economía. Un cajero automático, que, como recuerda Feijóo continuó funcionando, y familias que transportan sus "mochilas de problemas" llenan los muros de la primera planta.
Subiendo las escaleras, se llega a la última etapa -de la exposición y de la pandemia-. Se trata de un proceso: confinamiento y desconfinamiento. Un gran edificio lleno de gente y uno vacío, enfrentados para ilustrar cómo "las ciudades inventadas" de la cabeza de Feijóo vuelven a la vida. En esta parte se hallan los únicos esbozos que el artista realizó en papel: son tres. "Y después se me acabó", ríe. La guinda al pastel, al final del recorrido -que vuelve a la puerta de entrada, la planta baja-, es una mirada optimista: un paracaídas que baja con la vacuna y vence a la mancha roja que ha acompañado al espectador en la exhibición. La "ansiada solución", lo titula el artista.
La idea de Carlos Feijóo es ir más allá también de la muestra, que finaliza el próximo jueves. En el acto de clausura le regalará a cada uno de los colectivos representados una ilustración, agradeciendo también así el trabajo realizado. Y pretende también que la "mirada a la vocación de servicio" descubra, divise y vele por profesionales en otros lugares dentro y fuera de Asturias.
Mientras tanto, se podrá visitar de lunes a viernes, de 10.30 a 13.30 horas en el edificio de la Delegación de Defensa del Principado de Asturias, en Plaza España. Este no es el único proyecto en marcha tras la pandemia, sino que, con la colaboración de la banda del Conservatorio Profesional de Música ovetense, dirigida por Yolanda Galindo, pretende iniciar un ciclo de música militar. "Es un mundo que, como civil, me apasiona", aclara el artista, mientras contempla el último cuadro de la exposición.
