Jaime Urrutia (Madrid, 1958) lleva décadas en los escenarios. Es un artista de los pies a la cabeza y una de las voces más emblemáticas del pop rock en español. Fue líder de "Gabinete Caligari", una banda con la que alcanzó los cielos y tiempo después, al poco de iniciarse el siglo XXI comenzó su carrera en solitario. Este domingo toca con "Los Corsarios" en la pista de La Exposición de Las Meanas, en Avilés. Su espectáculo será el último de los tres conciertos programados por el festival "La Mar de Ruido", una cita que ha resistido a los tiempos del covid. Conversa con LA NUEVA ESPAÑA por teléfono.

-¿De Xixón?

- No, de Avilés.

-En Gijón grabé mi último disco.

- Tras la pandemia, el concierto de este domingo en Avilés será el primero. ¿Qué le sugiere?

-Cuando nos llamaron y nos dijeron que tocábamos en Avilés fue una alegría. El último concierto que dimos fue el 23 de febrero y casi quince días después empezó el confinamiento. Llevamos medio año sin tocar, tenemos ganas. Y en Asturias, que no lo digo por peloteo, pero siempre he sido bien recibido.

- ¿Qué tiene preparado para el espectáculo? ¿Tiene alguna sorpresa preparada?

-Viene Jorge Explosion, que va a cantar "Camino Soria" conmigo. Le dije: '¿Te apuntas que vamos a estar en Avilés?'. Y estuvimos ensayando por el móvil. Voy a llamar también a Jorge Ilegal, al menos a que venga al concierto. Tendrá que traer su guitarra,... Jorge Ilegal es un tío encantador entre comillas, hay personas que le quieren y otras que no, yo soy de los que le quiero. Cantó conmigo "Cuatro rosas".

- Tocará en un concierto en el que el público estará sentado en sillas y con mascarilla.

-Es una situación rara pero el poder de la música atraviesa mascarillas y asientos y más en Asturias. Desde "Gabinete", tengo muchos seguidores allí. Es que odio el calor y en Madrid es abrasador, en Asturias tenéis campo, mar y la comida, por supuesto.

- ¿Cómo ve la letra sobre el calor del amor en un bar en estos tiempos?

-Dos grandes cadenas me hicieron una propuesta para grabar anuncios con ese tema. Aquella canción hablaba de la alegría de vivir. Ahora no nos van dejar fumar en los bares. O nos suicidamos todos o acabamos mal. Actualmente hay demasiado control, en los años 80 cuando hice ese tema, había más creatividad, ahora es todo lo contrario, todo son prohibiciones. Cuanta más represión haya, la gente más se va a cansar.

- La pandemia ha castigado duramente a la industria cultural. ¿Qué soluciones plantea?

-Pongo la televisión y no hablan de cultura, solo de hoteles y negocios de hostelería, pero de cultura no habla nadie. Y de esto, no solo vivimos los artistas, los técnicos también. El virus es jodido para todo el mundo, pero observo que la cultura no le mola al poder. Controlan los de siempre y contra los trabajadores. Si nos confinan otra vez, el mundo de la cultura tendrá que salir a la calle para pedir de comer porque aquí solo ganan los magnates y los bancos.

- Al margen de "El calor del amor en un bar", para la pandemia ¿no pegaba más "¡Qué barbaridad!"?

-Dos compañías me preguntan por "bares qué lugares" y no pensaron en "Qué barbaridad". Si la escuchas es más acorde con esta situación.