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El rey del café comparte las claves para servir el mejor sorbo

El sueco Rufus Blad, campeón de Asturias de baristas, aconseja precisión en las cantidades, equilibrio y buen producto

Rufus Blad LUISMA MURIAS

El café le ha cambiado la vida. Rufus Blad, natural de Suecia y afianzado en Gijón desde hace cuatro años, no se inició en el mundo cafetero hasta los 20 años. Hasta ese momento era el típico que decía que sin azúcar ni leche no se podía tomar un café. Siete años después es campeón de la “Asturias AeroPress -una modalidad de cafetera- Championship 2021” y le abre las puertas a LA NUEVA ESPAÑA para enseñar cómo se prepara un sorbo digno de primer premio. Además, ofrece a los lectores unos “tips” o recomendaciones para hacer un café de diez en casa.

Este casi año y medio de pandemia ha supuesto un golpe duro para los negocios, especialmente para la hostelería. Durante la cuarentena Blad no pudo disfrutar de su pasión y cuenta que, por un momento, se llegó a plantear tirar la toalla. Conseguir imponerse en la tercera edición del “Asturias AeroPress Championship 2021”, el pasado 26 de junio, le ha servido de nuevo de inspiración. “Ganar este premio es el reconocimiento de que si trabajas duro obtienes recompensa. Ese es el premio más importante de todos”, admitía emocionado el sueco. Después de todo volvió a creer en sí mismo, a recuperar la ilusión. Y comprendió que realmente si era barista era porque a eso se quería dedicar el resto de su vida y eso es lo que le apasiona.

No se inició en el mundo cafetero hasta los 20 años. Hasta ese momento era el típico que decía que sin azúcar ni leche no se podía tomar un café.

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Su aventura con el café comenzó cuando, en Estocolmo, su ciudad natal, un buen amigo suyo le insistió en que probase una taza de café de especialidad que había preparado con una cafetera AeroPress (casualmente la misma con la que elaboró el mejor café de Asturias). “Me transportó a un mundo de aromas. Sentía pasión”, recuerda Blad de aquel momento.

A partir de ahí comenzó a experimentar en su trabajo y en su casa. Cada tarde, después de bajar la persiana de la cafetería donde estaba empleado, Rufus se quedaba varias horas practicando para tratar de buscar distintos sabores al café. Todo lo que aprendió fue a base de experimentar (y alguna búsqueda en internet) porque aunque existen cursos para aprender, considera que “el café es como el arte, es autodidacta”.

Cada tarde, después de bajar la persiana de la cafetería donde estaba empleado, Rufus se quedaba varias horas practicando para tratar de buscar distintos sabores al café

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Resalta la importancia de ser constante, de insistir si no salen las cosas y de no rendirse. Y así es él, además de muy perfeccionista cuando se trata del “arte del latte”. De eso le enseñó mucho el ballet clásico, que practicó durante 12 años. Aunque, nada parece unir a ambas destrezas, comparten muchas de las aptitudes que son necesarias para destacar en los dos campos: ambos son un arte y ambos requieren técnica, disciplina y constancia. Y así fue como un joven sueco que antes se expresaba a través de la danza, ahora lo hace a través del café.

El ser barista lo define como “ser un artista del café, porque el café es un arte, lo que le apasiona y lo que le identifica”. No es para menos, pues para conseguir un café ganador es necesaria mucha precisión en las cantidades, y es necesario variarlas hasta conseguir el equilibrio y potenciar los aromas deseados.

Compartiendo café conoció a su mujer y a su mejor amigo, Manuel Menéndez. La historia de Rufus, natural de Suecia, es una de esas que inspiran a cualquiera a luchar por lo que apasiona

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El café con el que se proclamó campeón es un café de filtro con mucha agua, con notas dulces y al mismo tiempo una acidez equilibrada. Varían mucho los sabores dependiendo de factores como la cantidad, el tiempo de prensado, la temperatura del agua o el tiempo que lo dejes infusionar, entre otros. Es muy de estilo anglosajón, con un parecido más cercano al té o al café americano que al café en sí.

El próximo otoño Rufus Blad representará a Asturias en el “Spain AeroPress Championship” y buscará sorprender al jurado con otro de sus cafés espectaculares, aunque si algo espera de esa competición es poder seguir disfrutando de aquello que tanto le gusta.

Una cafetera le ha cambiado la vida. “El café une culturas y une personas”, sostiene alguien que lo sabe bien. Compartiendo café conoció a su mujer y a su mejor amigo, Manuel Menéndez. La historia de Rufus es una de esas que inspiran a cualquiera a luchar por lo que apasiona.

Un café ganador, paso a paso

1 Pesar 18 gramos de café, molerlo dosis por dosis para que no pierda sus propiedades y echarlo en la cafetera. Mojar el filtro de la cafetera para que no quede sabor a papel y quitar el aire.

2 Echar 100 ml de agua a 87º C y remover para que todo el café molido se mezcle por igual. Dejar infusionar un minuto.

3 Darle la vuelta y presionar durante 40 segundos. Lo que presiona el café es una capa de aire, de ahí el nombre de la cafetera (AeroPress).

4 El resultado del paso anterior es un concentrado de café que se hace para sacar los mejores sabores. A ese concentrado se le echan otros 100 ml de agua.

5 El café se prueba sorbiendo de una cuchara especial para la cata. La mejor forma de probarlo es cuando el café está frío, porque se notan mejor los distintos sabores.

Los ‘tips’ de Rufus

Molienda

Hay que buscar la molienda correcta, ya que dependiendo de la cafetera es necesaria una u otra. Lo mejor es ir a una tienda para que lo muelan de acuerdo a la cafetera que tengas.

Guardado

El café molido se guarda en un frasco hermético y siempre a temperatura ambiente, en la nevera se pierde el sabor. Puede aguantar hasta dos semanas.

Gramaje

La báscula es muy importante, cada cafetera necesita un peso distinto de café. Si el café te parece suave debes cambiar la variedad, no la cantidad.

Molinillo casero

No es recomendable moler el café en el molinillo casero porque no siempre es de buena calidad. Además, se requieren distintos tipos de molienda.

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