La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

La Poza de Navia recobra su esplendor y vuelve a reunir a las familias del concejo

La localidad disfruta de la recuperación de la laguna salada, el lugar donde generaciones de naviegos disfrutaron del verano

Poza de Navia, una tarde de verano llena de familias

Este verano la Poza de Navia ya se ve plena de vida. Como antaño. 

La laguna salada al lado de la playa de Navia, en la que que no hay naviego que no tenga algún recuerdo de su infancia, la que siempre estuvo llena de niños con flotadores, palas y cubos, la que por su seguridad era un lugar idílico en verano para los más pequeños, ha dejado atrás los años en que su agua estancada espantó a todos los bañistas. 

Llegar a la Poza todos los primos, hacer amigos nuevos todos los días, correr hacia alguna de las zonas más profundas para darse un chapuzón, coger rápidos con los hinchables en forma de ballena, de cocodrilo y casi de cualquier cosa que se pueda imaginar, padres que cavaban auténticas lanchas, y que por un día se convertían en auténticos constructores navales de la arena, los bocadillos de abuela siempre gigantes y llenos de embutido, porque si algo tienen las abuelas asturianas es que les encanta dar de comer. Así fueron los veranos de muchas generaciones de naviegos y allegados. Todo eso vuelve a recuperarse ahora, cuando las intervenciones llevadas a cabo en la zona han dado su fruto.

La imagen que ofrece en estas jornadas de agosto son el símbolo de un éxito medioambiental. También de un éxito vecinal, el que protagonizaron todos los que se agruparon bajo la plataforma “Salvemos la Poza” clamando contra la ciénaga en la que se llegó a convertir. Porque esa mala etapa ya es historia, revertida gracias a que hace tres años se creó un amplio canal para permitir la renovación del agua con las mareas.

Padres que cavaban auténticas lanchas, y que por un día se convertían en auténticos constructores navales de la arena

decoration

Carlota Fernández es una de las naviegas que recuerda su infancia en este entorno natural. "Llegaba allí y me ponía en el trocito de arena que había. Me daba unos baños con los niños que hubiera por ahí y jugaba con la arena. Si no te ponías hacia la parte más pegada a la ría no había corrientes y estaba muy bien para niños pequeños; había zonas que cubría más, otras menos, pero era bastante seguro y para una tarde de verano estaba genial", recuerda. Ahora se alegra de que otros niños puedan volver a jugar allí.  "La gente de Navia toda la vida le tuvo mucho apego a la Poza y es un buen lugar para estar. Hubo una gran temporada que no se podía ir por las condiciones en la que estaba, pero ahora que esta bien me encanta que vuelva a haber niños por allí" añade.

Adrián Rodríguez jugó mucho en este entorno y ahora lo hace su hermano pequeño, Rubén (8 años). " Recuerdo de ir metiéndome al agua y ver a las sollas o platijas -unos peces parecidos a los lenguados- salir de debajo de la arena. También me acuerdo mucho de jugar con otros niños en esa zona" recuerda Adrián Rodríguez, y añade que "ahora que la Poza ya no es agua embalsada vuelve a ir mi hermano con mis padres, porque es un sitio tranquilo, no hay peligro y puede meterse bastante en el agua sin que le cubra".

Poza de Navia con varios bañistas

Paloma García fue otra de las incontables niñas naviegas que pasó gran parte de su infancia allí. Y así lo recuerda: "Iba con mis padres, jugaba en el agua con mis amigas y me lo pasaba muy bien. También celebrábamos muchos cumpleaños allí, era toda una suerte poder contar con ese espacio".

Jugaban todo el rato, ya fuera a llenar cubos con cangrejos, hacer la croqueta, enterrarse en la arena o jugar con flotadores

decoration

Eva María González pasó muchos de sus veranos allí, primero cuando era niña y luego acompañando a sus sobrinos. "A la Poza siempre fuimos cuando había mucho nordeste o mucho mar. Cuando era pequeña iba con mi hermana y mis primos y nos poníamos en la zona más centrada de la Poza, porque antes todo era mucho más verde. Nos pasábamos el día jugando con cangrejos, palas, colchonetas... y cuando aún no sabíamos nadar usábamos flotadores con forma de caballo, cisne y otras figuras. Mis primos, Manuel y Toño, tenían una lancha hinchable y lo pasábamos en grande. Lo que más odiaba de los baños era que la arena no era como la de la playa, y me daba un poco de grima, así que usaba cangrejeras, todo un total look con el flotador y el gorro de baño blanco", ríe. Y añade que "algo muy de antes también eran las dos horas de digestión. Recuerdo además grandes meriendas y estar allí hasta que prácticamente el sol desaparecía" relata Eva María González. Años más tarde volvió a ir con sus sobrinos y los hijos de sus primos. "Nos poníamos para otra zona, del lado del muro, porque estaba la arena y el agua más limpia, los niños se pasaban horas allí. Había varias pozas más profundas y lo pasaban en grande. Además no se perdían las grandes meriendas en la playa. Jugaban todo el rato, ya fuera a llenar cubos con cangrejos, hacer la croqueta, enterrarse en la arena o jugar con flotadores. Estaban todo el día en el agua y cuando eran más pequeños y no sabían nadar les poníamos manguitos" recuerda.

La Poza de Navia

Los vecinos de Navia están felices de que las familias vuelvan a disfrutar del entorno donde muchas generaciones han crecido, puedan aprender a nadar en la recuperada Poza, sea de nuevo su espacio de juego y donde se empiecen a conocer todos los niños del pueblo. Porque si algo caracteriza esta época en Navia son sus interminables tardes de verano, con el sol en la cara, los pies llenos de arena, y los bañadores mojados, jugando con todos los niños que hubiera en la Poza.

Salvemos la Poza

La plataforma ciudadana "Salvemos la Poza" reivindicó durante años soluciones para mejorar el deplorable estado en el que se encontraba el enclave natural situado en la desembocadura del río Navia, que llegó a ser una ciénaga a punto de secarse, en la que además de ser un lugar de ocio, es el habitat de muchas especies, especialmente de aves como garzas, patos, cormorán y muchas otras.


Obra de la Poza para mejorar su renovación del agua

Compartir el artículo

stats