Salvador Ondó se convirtió ayer en ganador de la 35.ª edición del Concurso Internacional de Escanciadores de Nava. Con esta ya es la quinta vez que se alza con el trofeo en este concurso. Los años anteriores fueron en 2014, 2016, 2017 y 2018. El actual maestro de escanciadores de Tierra Astur en Oviedo no olvida nunca los comienzos como profesional del escanciado ni de aquel primer culín que tiró y le cayó todo fuera. Sin embargo, persistió. Tanto y con tanto ahínco y paciencia que, en estos años, se ha convertido en lo que es, un auténtico maestro de su oficio sin perder, con todos los premios y reconocimientos logrados hasta el momento, sus ganas de seguir mejorando.
El secreto de su éxito, como él mismo explicaba ayer a este diario, "está en no perder nunca la ilusión con lo que haces e intentar siempre ir mejorando. No hay que acomodarse en la victoria porque el tiempo pasa y no vuelve, hay que ir acomodándose a los tiempos según van llegando, hacer las cosas bien y estar siempre motivado", asegura.
Junto a él, otros 29 profesionales del escanciado en Asturias tomaron parte en un concurso donde no faltaron los nervios, la emoción y, sobre todo, el amor y la pasión por un oficio, el suyo, imprescindible para engrandecer y mejorar cada culín de sidra que sirven en su establecimientos. En un día de mucho calor y sol, con un público entregado a animar a los participantes, se fueron otorgando otros premios. Así, el segundo lugar fue para Jonathan Trabanco, de la sidrería Los Portales de Jaminón, en Pola de Siero; el tercero, para Wilkin Aquiles, de la sidrería Avenida de Gijón; el cuarto, para Pablo Suárez de Tierra Astur en Oviedo; y el quinto para Antonio Sorca, de la sidrería El Portal (Villaviciosa). Y así hasta otros cinco premios más junto con los mejores escanciadores de Nava. En la categoría local, los mejores escanciadores de Nava fueron Jason Franco, Magdalena Sangrouber y Lorena Díaz. En la categoría de Sub-25 el premio lo logró Dani Pujas.
Otro éxito de la jornada fue la comida en la calle, con una línea de mesas que se fueron ubicando entre la calle La Huerta y la calle Baja. Era la primera que se celebraba este tipo de evento popular dentro de los actos programados en el XLV Festival de la Sidra de Nava que, sin duda, supuso un éxito de participación al contar con cerca de 500 personas inscritas para disfrutar de una jornada inolvidable. Y con mucha sidra.