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Todos al campo con el Segador

Benia de Onís celebra su fiesta del final del verano con sus tradicionales juegos rurales: el sábanu, el cabruñu y la siega

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Fiesta del segador en Benia de Onís

Se acaba el verano, y lo que en muchos casos supone una triste despedida de las vacaciones, en Benia de Onís es motivo de celebración. La localidad cumplió ayer con la tradición con la fiesta del Segador en una jornada campestre que fue, además, muy familiar y divertida.

Por la mañana un sol de justicia acompañó el desfile de carros del país por las calles de la capital del concejo, a los sones de la Banda de Gaitas de Onís. Cuatro carros que antiguamente se usaban para recoger la hierba, iban ayer cargados hasta los topes de los niños del pueblo, que saludaban emocionados a los viandantes. En el primero de ellos desfilaban el zagal y la zagala de este año, Ángel Sánchez y Olaya del Cueto, quienes a su paso iban repartiendo «la parva», cientos de bollos rellenos de queso gamonéu. «Es un orgullo ser elegido zagal, sobre todo, para alguien como yo, que he vivido esta fiesta desde muy niño», decía Sánchez, que lleva trece años ostentando este cargo.

Por la tarde, el campo de la Iglesia acogió los diversos juegos tradicionales infantiles que luego imitarían, a gran escala, los mayores, compitiendo en los juegos rurales con que homenajean el duro trabajo del campo asturiano. Una quincena de hombres participaron en las distintas modalidades del torneo: algunas, más divertidas, como las carreras de saco y de madreñes; y otras, más técnicas, como el concurso del cabruñu y de siega... Pero sin duda la más espectacular fue el levantamiento de sábanu, para el que David García «Cuco» no encontró rival al conseguir hacer el mejor tiempo (1,26 segundos). «El truco está en amarrarlo bien», decía sobre su secreto.

Por la noche, una multitudinaria verbena puso fin, un año más, a la temporada estival en Benia de Onís.

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