La trastienda de "Tekila": somos como una familia

La orquesta asturiana que cerró las fiestas de San Agustín arrastra una legión de fans: "Tratamos con el mismo cariño a los seguidores que ellos a nosotros"

Marga González se maquilla ante un espejo.

Marga González se maquilla ante un espejo. / Juan Plaza

I. García

"Tekila" no es ni un estado mexicano ni un grupo argentino, "Tekila" en Asturias es sinónimo de "fiesta". "El objetivo es dar alegría", asegura Marga González Mon, vocalista y líder de una orquesta que ha revolucionado el panorama musical estival de Asturias. Llenan romerías y fiestas de prao, de oriente a occidente y casi a diario ante legiones de fans que gritan "grupo Tekila" y siguen a la orquesta allá donde va. Es una entrega correspondida porque "Asturias es el lugar más fiestero de España, no hay dudas", afirma con rotundidad David Carrasco, que es onubense, cantante y, según dice, "buen conocedor" del mundo de las orquestas. "Tekila" demostró ayer en Avilés, en el cierre de las fiestas de San Agustín, que sigue a alto nivel, en el podio de las verbenas.

Humor no falta entre los miembros de esta banda que disfruta con su trabajo y ofrece un espectáculo "pensado para la juventud". Eso asegura el saxo Javi Fernández, "Pacoja". "Tocamos unos ochenta temas por verbena, algunos en popurris", afirma. A su lado y a las seis cuerdas está Jordan Donaire, de "corazón rockero", que al margen de los seguidores de la propia banda cuenta con dos clubes de fans en Instagram. "Entre pase y pase, el caso es que estamos casi todos los días en el escenario", afirma. Edu Rojo es el batería y a sus 22 años es el más joven de Asturias en orquestas: "No paramos y la verdad es que nos adaptamos a todo, a fiestas de prao, que me encantan, a Avilés y a donde sea", indica Rojo, que percibe que "el público trata con el mismo cariño a la banda que nosotros a los seguidores". "Me paran por la calle y me dicen: tú eres el batería de ‘Tekila’", añade.

La trastienda de "Tekila": somos como una familia

Por la izquierda, Dani Parrondo, Néstor Fabián Páez, Marga González, Javi Fernández («Pacoja») y David Carrasco durante la prueba de sonido. | JUAN PLAZA / I. García

Néstor Fabián Páez es argentino y teclista. "Tekila" es su primer orquesta porque lo suyo era tocar en grupos. "Es otro nivel, llegar a tocar en una orquesta y estar en la número 1 es algo increíble", responde poco antes de una prueba de sonido conjunta, a la que se suma el bajista Edu Aiguesvives, "El Rubio", también encantado con el recibimiento del público, jornada tras jornada.

Los músicos de "Tekila" tienen mucha complicidad, pasan muchas horas juntos a lo largo del año. "Somos una familia, nuestro secreto es la fuerza y la unión y una energía a raudales que sale nada más bajarse el telón; lo nuestro no son conciertos, son fiestas", apunta Marga González, que como su banda suple el cansancio de cientos de fechas al año con una sonrisa y con la fuerza que les transmite el público. "Una mujer me dijo una vez que gracias a nosotros se había curado del cáncer, nos agradecen mucho nuestro trabajo", expresa González, que también es presidenta de la asociación de orquestas asturianas que nació durante la pandemia "porque había que hacer algo". "Ahora la situación es diferente, tenemos que seguir luchando porque hay muchas comisiones de fiestas con muchas trabas con el papeleo y las fiestas no solo afectan a las orquestas, también feriantes, a los electricistas, a la seguridad...", recalca.

La trastienda de "Tekila": somos como una familia

El batería Edu Rojo y el guitarrista Jordán Donaire. | JUAN PLAZA / I. García

A su lado está el tercer vocalista, Dani Parrondo, que dicen sus compañeros que es el que anima todo el cotarro. Abajo, mientras prueban sonido, un grupo de fans comienza a menear sus caderas. Tan solo son unos acordes y melodías para los técnicos evalúen la calidad del sonido del espectáculo, pero eso da igual. "Tekila" significa fiesta y, aunque toca algún que otro merengue o cumbias, arrastra a un numeroso grupo de "tekileros", esos fans que les siguen allá donde van. "Hay veces que estás en Palencia y aparecen seguidores, es increíble", apuntan los músicos de esta banda que si bien "no bebe porque trabaja" y tiene un verano de más de tres meses y con una apretada agenda, que finaliza en noviembre, que es su mes de vacaciones.

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