Michelle Obama ha alcanzado este mes un nuevo hito y ha inaugurado la nómina de primeras damas que aparecen en la portada de «Traveler». No es para lucimiento personal, aunque sea inevitable. Los propósitos de la esposa de Obama estriban en «vender» la Casa Blanca, un edificio que se encuentra abierto al público, previo pago de una entrada.

La abogada de Chicago desvela sus direcciones favoritas en Washington para cenar a solas con su marido o para dar a sus hijas una amena lección de Historia. Michelle Obama confiesa que a veces, cuando se aproxima a la Casa Blanca, aún le cuesta creerse que vive allí.