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Comidas y bebidas

Aguacates y cúrcuma, la fruta de la vida y la planta prodigiosa, dos superalimentos

Gusacamole y pico de gallo.

Casi sin pretenderlo ha surgido nuevamente la pregunta acerca de las propiedades afrodisíacas de los alimentos. De lo que hablamos cuando hablamos de amor y de comida. Por lo general, lo hacemos de las ostras crudas, de su alto contenido de cinc, capaz de revitalizar el esperma y bombear la pasión, de la hormona dopamina y del aumento de la libido; hablamos de las fresas bañadas en chocolate; del champaña y sus connotaciones amorosas; de los espárragos, cuyos nutrientes impulsan la producción de histamina que favorece los orgasmos; del picante de los chiles que aumentan el ritmo cardíaco y provocan la liberación de endorfinas y, naturalmente, de los higos por la imaginación que excita su apariencia. Pero igualmente podríamos hacerlo de la maca, un rábano también conocido como "la viagra peruana", al que ya recurrían los incas para una alimentación completa; de la albahaca, de la sangría, de la remolacha de los antiguos romanos, del regaliz, de las almendras, del plátano, del apio y del aguacate.

De un tiempo a esta parte no hago otra cosa que oír hablar del aguacate como un superalimento. Sus apologistas lo presentan como la fruta de la vida. Leo que en 2018, se consumieron más de 74 millones de kilos de aguacates en España, 19 millones más respecto al año anterior, representando un aumento del 25 por ciento. La estadística no se detiene ahí: en el conjunto de la Unión Europea su consumo en 2018 ha crecido un 35 por ciento en comparación con 2017, que se traduce en más de 650 millones de kilos consumidos. Del aguacate se valora su sabor, su versatilidad y los nutrientes beneficiosos que contiene: los ácidos grasos monoinsaturados y polinsaturados. Estas grasas, beneficiosas para la salud, ayudan a protegerse del colesterol, proporcionan energía al organismo, y disminuyen el riesgo de cardiopatías.

Para celebrarlo saludablemente: una buena receta del guacamole con pico de gallo. En un recipiente limpio, mezcle el chile serrano con una pizca de sal y jugo de limón. Después de cinco minutos, agregue los aguacates y mezcle todos los ingredientes. Pruebe la mezcla. Si es demasiado salado, aumente la acidez con más limón, si es necesario agregue aceite de oliva. Para el pico de gallo mezcle en un recipiente las cebollas, los tomates y el cilantro con sal y jugo de limón. Sirva el guacamole en un tazón, con el pico de gallo, el queso fresco blanco desmenuzado y el cilantro fresco. Obtendrá los colores de la bandera de México: verde, blanco y rojo.

Otro superalimento de moda es la cúrcuma. Se ha revelado como una planta prodigiosa y un bálsamo general para la salud. Se le atribuyen virtudes antiinflamatorias, antioxidantes, coleréticas, digestivas, hepatoprotectoras, desintoxicantes, antiulcerosas, cardioprotectoras y hasta antitumorales. No hay quién dé más. El hígado, el corazón, los sistemas digestivo e inmunitario y la piel, son los grandes beneficiados por la cúrcuma, que proporciona color a la comida y potencia su sabor.

Los buñuelos de garbanzo de Emil llevan cúrcuma. La receta proviene de un imaginativo librito publicado hace ya unos años con las notas de cocina del Rick's Café de la película Casablanca. Ya cocidos, los garbanzos se trituran en la batidora o con el tercer brazo. Se les agrega un huevo batido en la proporción justa de las legumbres que se van a utilizar una mezcla de especias, consistente en unas cucharadas pequeñas de canela, cúrcuma, comino, cilantro, pimienta, nuez moscada, todo ello molido, y unas hebras de azafrán. Se moldea dicha mezcla con las manos enharinadas. Los buñuelos se ponen en una bandeja, cubiertos, a refrigerar. Se fríen después en aceite caliente hasta que doren. Espolvoreados de pimienta y con una salsa de yogur a la menta, que se hace con yogur desnatado, una cucharada de miel y hojas de menta fresca picadas, son un buen aperitivo o acompañamiento.

Especial. Hiruzta Parcela Nº 3, es un txakoli único. Procede de una parcela exclusiva de la finca de ese nombre en Hondarribia. Blanco elaborado con uva de la variedad hondarribi zuri de la añada 2014, la mejor de las últimas. Tiene una crianza de tres años sobre lías, es largo, potente con notas de manzana y pomelo, glicérico tirando a untuoso, guarda un regusto especiado. No es fácil identificarlo con la frescura menos compleja de otros txakolis. Gran vino. La botella cuesta alrededor de 26 euros

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