El flechazo por Asturias del matrimonio formado por Javier Manjón Martín, natural de Burgos, e Isabel Ramírez García, de Cuenca, surgió en Madrid cuando, durante varios años, se hicieron cargo del bar restaurante de la Casa de Asturias en Alcalá de Henares. Cuenta Javier que de venir tanto a Asturias en busca de buenas materias primas se quedaron “enganchados” del Oriente y, en cuanto pudieron, allá dejaron la capital de España para instalarse en el pueblo riosellano de Calabrez, que curiosamente descubrieron leyendo un artículo de LA NUEVA ESPAÑA.
“Cuando vimos este bar tienda supimos que este era el sitio; eso sí, hicimos una obra importante de rehabilitación del local, pero manteniendo la arquitectura tradicional y su esencia como local de pueblo”, explica Javier, que es el cocinero y quien disfruta, ante los fogones, recreando platos asturianos de buena factura además de otros de su tierra de origen, con los que gusta sorprender a los clientes.
No puede ser más cierto. Nada más entrar es fácil dejarse seducir por las fotos en blanco y negro regaladas por los vecinos; el pequeño rincón donde está la tienda y la vieja pesa de toda la vida; las zapicas con tallas hermosas; el xugu para uncir las vacas o las ruedas de un carro que “rinchaba”. Todo ocupa su lugar de honor en medio de una decoración también moderna, atractiva, luminosa y acogedora.
Durante la semana ofrecen un menú a 12 euros con tres primeros y tres segundos a elegir, y que van variando: pote, ensaladilla alemana, garbanzos con callos, bacalao con tomate, manitas de cerdo o morro de cerdo rebozado con huevo; ensaladas variadas, bocartes, xarda, sardina, así como también varias carnes a elegir.
En fin de semana se va a carta. Entre algunas de sus especialidades están el lechazo al horno de leña, parrillada de ibéricos, entrecot, chuletillas de cordero, abanico de solomillo, caldereta de cordero o de cabrito, calamar relleno de morcilla de Burgos; bacalao a la bilbaína o las ensaladas de repollo, salmón y anchoas, o la de tomate con ventresca de atún.
Otros platos peculiares en este establecimiento son los mejillones en salsa Acebu, habitas con jamón, pulpo crujiente con alioli, salteado de pulpo y gambón o zamburiñas a la plancha. A destacar también sus “migas manchegas”, que hace con pan de maíz y rematadas con un buen huevo frito encima.
Los llambiones también están de suerte en El Acebu porque, dependiendo del día, pueden elegir entre arroz con leche, tarta de la abuela, los hojaldres rellenos, los frixuelos, los bizcochos o unos buenos fritos de leche.
Tiene una zona de terraza hermosa mirando al monte que ahora amplió con mesas de madera que se distribuyen por el prau y donde, con la llegada del buen tiempo, es un lujo sentarse a comer. Un poco más abajo se siente el paso del río Acebu, a quien esta pareja rinde homenaje dándole su nombre a su local, camino de la impresionante playa de Vega, donde desemboca.
En fin de semana se aconseja reservar en el 984249544. Cierran los lunes después de las comidas y el martes el día completo.