Si hay alguna palabra que defina bien tanto el bar tienda Casa El Obispo, en San Pedro de Paredes (Valdés), como a quienes lo regentan desde hace 33 años, José María Álvarez y María Ángeles López Rubio, esa es autenticidad. Autenticidad y querencia por las raíces, por la cocina tradicional hecha con mimo y fidelidad a los platos de pueblo y, al mismo tiempo, cariño por la historia de sus vecinos y del valle de Paredes.
Baste contemplar, en su interior, sus paredes, llenas de artículos sobre esta hermosa tierra del occidente asturiano, o sus recias mesas de fuerte madera, las de siempre, o la promoción que hacen de la artesanía de la zona, pudiendo adquirirse, entre otros artículos, cestos, navajas y varas para caminar.
Y es que Casa El Obispo es fiel a lo que representa: un bar tienda de toda la vida donde incluso hay una cabina telefónica con sus correspondientes listines de los últimos años. Ya hace dos que no funciona, pero José María dice que la mantiene porque le “gusta”, porque es “historia” de este bar.
“Este era el teléfono público que había para todos los vecinos del valle de Paredes. Cuando llamaba alguien tenía que ir yo por las casas dando el aviso, ¡y cuidado que no se me olvidara uno!”, recuerda José María con querencia, un hombre muy apegado a su tierra y, además, uno de los mejores guías por ella pues no hay ruta ni rincón con especial encanto que él no conozca, y recomiende.
Casa el Obispo es conocido por su famoso “menú rural”, como figura anunciado en las paredes de su local. Además de su menú semanal tienen otro especial de fin de semana que cuenta con una clientela fiel, y no es de extrañar dada la buena mano y la sabiduría con la que cocina, desde siempre, Ángeles. En este último, a 16 euros, con una entrada y luego a elegir entre tres primeros, segundos y postres, ofrecen fabada, pote, menestra, ensalada mixta, costillas asadas, carne guisada con guisantes, pimientos y patatas fritas, y chosco o lacón con patata cocida, principalmente.
En postres, todos caseros, citar el flan de queso, el arroz con leche, las natillas (que a veces, creo recordar, llevan en la superficie una galletina de esas redondas de María Fontaneda), el requesón de la zona y los frixuelos, estos últimos por encargo porque, como bien dice la cocinera, para que estén ricos hay que hacerlos sobre la marcha, y lleva su tiempo.
Los incondicionales del chigre disfrutarán comiendo en el interior, pero también tiene una pequeña terraza cubierta. En fin de semana conviene reservar en el 667079988 y más en las próximas semanas que se presume, dadas las fechas, habrá más y mejor tiempo para rutear por la zona y luego comer en este bar tienda de San Pedro de Paredes.
“Siempre es mejor avisar, pero, bueno, también puede venir la gente si no se acuerdan de llamar antes. Si se acaba el menú, lo que no falta es un plato de patatas, huevos fritos y chorizo. Aquí no se va nadie sin comer”, zanja José María con convicción.