La tenista Venus Williams se clasificó para los dieciseisavos de final de Roland Garros causando sensación no por su juego sino por su vestido negro de encaje, en parte transparente, que evoca al cabaret Moulin Rouge. El traje «burlesque», con motivos florales, tirantes y pequeños bordes en rojo, acaparó la atención de la prensa. «La ilusión de estar jugando sin nada me resulta atractiva», dijo Venus, «estoy contenta de estar teniendo buenas críticas».