La soledad, el pánico ante cada rodaje, su pasión por la literatura... son algunas de las revelaciones de «Fragments», la colección de escritos íntimos de Marilyn Monroe que se publicará en todo el mundo gracias a un editor francés. Esta semana, el 7 de octubre, saldrán a la luz esas páginas inéditas de la actriz estadounidense (1926-1962), desconocidas hasta ahora y en poder de Anna, la viuda de Lee Strasberg, director del Actor's Studio. Sus escritos serán editados por Bernard Comment para la casa francesa Seuil.

El editor afirma que se hizo con ellos por una cantidad increíblemente baja, puesto que primaba el interés de Anna Strasberg de encontrar un editor «con carácter literario», no ansioso por llenarse los bolsillos con «otro libro sobre la Monroe». Son 272 páginas, con facsímiles de las notas de Marilyn escritas en papel de cartas de hoteles, hojas sueltas, diarios y cartas que durante 48 años han mantenido oculto el mundo interior del mito de Hollywood, una mujer espectacular por fuera que quiso serlo también por dentro.

«¿Cómo puedo encarnar a una chica tan feliz, juvenil y llena de esperanzas?», se pregunta Marilyn en un fragmento sin fecha (sólo la referencia a un «27 de agosto») en el que la actriz confiesa, en pleno rodaje: «Busco la manera de interpretar este papel, desde siempre mi vida entera me ha deprimido».

El libro comienza con notas de 1943, cuando tiene 17 años; Norma Jean Mortenson acaba de casarse con Jim Dougherty y afirma: «Seguramente era una gran introvertida pero, como me gustaba la gente y tenía amigos en todas partes y hacía el esfuerzo de conservarlos, mi vida llegó a ser más equilibrada de lo que hubiera sido».

Ya a principios de los años cincuenta, en un cuaderno negro, la protagonista de «Con faldas y a lo loco» o «La tentación vive arriba», la imagen encarnada del deseo para millones de hombres y mujeres, grita: «¡Sola! Estoy sola. Siempre lo estoy, pase lo que pase».

Y poco más tarde confiesa sobre su trabajo como actriz: «Miedo de darme las nuevas réplicas porque a lo mejor no soy capaz de aprendérmelas y me equivoco y la gente va a pensar que no soy buena, o se van a reír o me van a hacer de menos o incluso van a pensar que no sé actuar». Y en otro momento de este compendio de escritos, Monroe dice que al doctor Kris, interesado en saber si su depresión le ayuda a interpretar mejor sus papeles en el cine, responde: «Greta Garbo, Charlie Chaplin y a lo mejor también Ingrid Bergman a veces trabajaron mientras estaban deprimidos».

«Fragments» revela el interés de la actriz por la literatura, a través de la cual parece que quiso construir una rica vida interior, aunque quede la duda sobre hasta qué punto Hollywood puso ahí una mano que aún hoy se intuye. En el libro dos fotografías la muestran «leyendo», casi en actitud de «pin-up», las últimas páginas del «Ulises» de James Joyce en un parque neoyorquino y vestida escuetamente.