Orson Welles, uno de los mayores genios de la industria del cine, capaz de alumbrar «Ciudadano Kane» (1941) en su ópera prima, considerada por los expertos uno de los mejores filmes de la historia, murió hace veinticinco años. Welles, que falleció el 10 de octubre de 1985, a los 70 años, en Los Ángeles (California), dejó tras de sí una trayectoria extraordinaria como director, productor, actor y guionista, y repleta de obras cumbre del cine como «El cuarto mandamiento» (1942), «La dama de Shanghai» (1947), «El tercer hombre» (1949) o «Sed de mal» (1958). Sin embargo, su mejor cine era tan brillante como alérgico a la taquilla. «Ciudadano Kane» resultó un fracaso comercial pese al «Oscar» al mejor guión original.

Su muerte ensombreció la de otro nombre legendario del séptimo arte, Yul Brynner, un actor ligado a un solo personaje -«El rey y yo»- y a un físico muy particular. Fue un mes de octubre particularmente negro para el mundo del cine, que se anticipó el 30 de septiembre con el fallecimiento de la gran Simone Signoret, continuó el 2 de octubre con la impactante noticia de la muerte por sida de Rock Hudson y se completó con el adiós a Welles y Brynner el 10 de octubre.