David Fincher, un director que ha rozado el «Óscar» con «El curioso caso de Benjamin Button» y «La red social», consigue convencer de la necesidad de una nueva versión de «Millennium», el best-seller del sueco Stieg Larsson, haciendo creíbles a sus protagonistas, Daniel Craig y Rooney Mara.

«Fincher es un cruce entre Kubrick y Hitchcock al que se añade un sentido visual y musical que viene de un lugar muy personal», dijo el actor británico en Madrid junto al resto del equipo. «Los hombres que no amaban a las mujeres», la primera parte de la trilogía de Larsson, fue uno de los libros más vendidos de la historia.

Estas novelas ya fueron trasladadas al cine hace tres años, pero eso no preocupa al director. «No sé por qué acepté hacer esta película, sólo pensé que había una relación muy interesante entre un hombre y una chica, muy distinta de las que ya estaban vistas; en cualquier caso, no me importó nada que hubiera una versión anterior», dijo.

Tampoco se siente intimidado el Blomkvist de la versión estadounidense: «Lo veo como un reto, y la oportunidad de hacer una película con Fincher lo podía todo; además, poder dar a conocer esta historia a más gente me parecía excitante». El «007», que no vio la película sueca, lloró al ver la actuación de Rooney Mara, tras comprobar «la habilidad con la que aceptó este reto, su interpretación tan sutil, con tanto movimiento... realmente "es" ella», ha considerado. Fincher no cree en los Óscar: «Jamás pienso en ello, es que ni siquiera me planteo ver las películas». Aunque hubo insistentes rumores en la red de que había rodado simultáneamente las tres películas de la trilogía, Fincher lo ha desmentido: Eso, ha dicho entre risas, solo sucederá «si esta hace una taquilla espectacular».

Rooney Mara, que tuvo que sufrir un espectacular cambio físico, con corte radical de pelo, piercings y cejas afeitadas incluidas, ha asegurado que eso «sorprende mucho, pero fue más difícil el componente emocional». «De Lisbeth me gusta que no compromete sus creencias, es inquebrantable y vive con su propio código moral», explica la actriz. Sobre su papel de periodista, Craig ha destacado que su «admiración» por esta profesión «es fuerte y viene de lejos».

«Estoy en contra de la prensa rosa, pero eso no tiene nada que ver con el periodismo. Yo fui criado para no creer todo lo que leía, pero es porque crecí con libertad de prensa, de manera que si no hubiera crecido así, a lo mejor sí me lo creería todo. De ahí la importancia del periodismo con todo lo que pasa en el mundo actualmente», dijo.