Madrid, Noelia HERMIDA

Siempre que se prepara una exposición sobre un determinado artista, el objetivo está más que claro. Se pretende alabar su obra, su estilo, su huella en la historia. Pero lo que ocurre en "Banksy, genius or vandal?", la primera muestra que se celebra en España sobre el creador británico, es, como él, una auténtica dualidad de emociones e impresiones. Tal y como propone el título de la exposición, que se puede visitar hasta el día 10 de marzo en el espacio 5.1 de la Feria de Madrid (IFEMA), el espectador tendrá que decidir si lo que tiene ante sus ojos es la obra de un genio o de un vándalo. Si lo que hace Banksy es provocar a la crítica o darle una lección que la cambiará para siempre. Si las emociones que provoca su trabajo son cosa de un día o se quedarán para siempre en el cerebro y el corazón. Porque sí, Banksy es de esos artistas que son capaces de tocar varios órganos a la vez.

El recorrido por las más de setenta obras que componen la muestra de este revolucionario del arte contemporáneo, cuya identidad sigue siendo una incógnita para todos, supone una inmersión total en su misterioso y envolvente mundo. Ése en el que un inocente mono activa un detonador en una guerra; en el que los personajes de Disney son portadores de muerte y destrucción; en el que una barra de labios roja pone la nota de color a las imágenes de los campos de concentración nazis; en el que los considerados "anticapitalistas" hacen cola para comprar una camiseta con el eslogan "Acaba con el capitalismo", o en el que Palestina se convierte en un gigante parque de atracciones gestionado por Israel. Aquí todo es lo que es, pero nada es lo que parece. Aquí los aparentemente inocentes entonan el "mea culpa", bien porque les apunta una pistola invisible que les obliga a confesar o porque deciden mostrar su verdadera cara a la humanidad. La ironía, la crítica, la reflexión, la educación, la información? son sólo algunos de los conceptos que salpican cada serigrafía, grafiti, instalación, fotografía, pintura o vídeo realizados por Banksy.

Su poder para concentrar la actualidad, las preocupaciones sociales, las catástrofes mundiales, las miserias atemporales? lo ha convertido en uno de los referentes del arte callejero a nivel mundial. Tanto para los espectadores como para las instituciones artísticas y la crítica, que lo venera y detesta según el momento. Eso sí, nadie puede negar su habilidad para llegar al corazón de diferentes generaciones en distintas partes del mundo con uno de sus trabajos, aparentemente sencillos pero increíblemente complejos. Y para muestra, su popular "Niña con globo", similar a la destruida el pasado año por el propio artista en la casa de subastas londinense Sotheby's. Una imagen reconocida por casi todos, con lecturas infinitas y que al verla una vez más delante en esta exposición vuelve a emocionar al que la mira como el primer día. Y a sacudirle. Que, como ya se ha dicho, no hay Banksy sin conciencia.