No es ningún secreto, o al menos no debería serlo, que muchas actrices y famosas blogueras cobran casi tanto por sus trabajos principales como por las promociones que hacen en redes sociales. Son perfiles de chicas jóvenes que tienen cientos de miles de seguidores y que logran captar una audiencia muy determinada que se convierte en un dulce caramelo para las marcas. Es el caso de Paula Echevarría. A muchos, más allá de sus papeles como actriz en series y películas, lo que les llama la atención de esta actriz candasina es su versión de “it girl” siempre a la moda y creando nuevas tendencias. Tanto que es por esa fama que la asturiana ha logrado reunir a más de dos millones de personas en la red social en la que es más activa: el Instagram. Un gran público que le sirve para venderse ante las marcas.

Mucho se ha hablado en los últimos meses de cuánto cobran “influencers” como Echevarría por lucir productos en sus redes sociales. Desde hace años las marcas (sobre todo del sector de la cosmética), han basado su promoción en regalar sus productos a personas con cientos de miles de seguidores y a pagar importantes cantidades de dinero a cambio de promoción. Hubo fuentes que incluso llegaron a asegurar que un post en el Instagram de Paula Echevarría se cotizaba a más de 4.000 euros. Las cifras nunca se desvelaron pero, a pesar de todo, la burbuja de los “influencers” parece que está empezando a pinchar.

Cada vez son más las marcas que se dan cuenta de que la publicidad que hacen este tipo de famosos en redes sociales es demasiado “descara”. Huele tanto a promoción que este tipo de publicidad acaba generando el efecto contrario en el consumidor, que rechaza ser un objeto pasivo de compra. Y eso es algo que parece que le está empezando a pasar factura a Paula Echevarría.

Sus post son cada vez más promocionales. Marcas de ropa, de perfumes, de zapatos, de cosmética… inundan sus redes sociales y empiezan a generar un rechazo que hace que incluso algunos seguidores ataquen a la asturiana. “Es lícito que trabajes en lo que quieras (me refiero a ti y a todas las blogueras), y que te paguen por eso pero no indicar que estás haciendo publicidad no es ético y debería estar regulado y penado como en Estados Unidos”, afirmó hace días una usuaria de Instagram que llamaba a intentar diferenciar lo que es publicidad de una simple opinión. Y es que , tal y como señalan otros usuarios en el perfil de Echevarría, al final ya nadie se cree que nada de lo que ella dice sea natural. “Todo lo que anuncia es maravilloso porque le pagan por ello y nosotras vamos y nos lo tragamos”, sentenciaba otra usuaria. “Ese producto que lo use ella y luego que nos cuente”, sentenciaba una tercera.

El caso es que los ataques llegan en un momento profesional complicado para la asturiana después de que hace varias semanas la serie en la que trabaja (Los nuestros 2) tuviera que ser retirada de la parrilla de Telecinco por sus escasos datos de audiencia. Si ahora estas opiniones calan la candasina podría ver peligrar otro de sus más importantes negocios.