No cabe duda de que entre las muchas repercusiones que va a acarrear la pandemia que estamos padeciendo las va a haber que van a afectar de manera importante a la natalidad y sobremanera en Asturias.

Hasta el momento de aparecer el coronavirus, Asturias presentaba un crecimiento demográfico negativo. Para ser más exacto era la comunidad con el peor número de nacimientos de España.

¿Cómo va a penalizar esto a nuestra provincia?, lo podemos analizar desde tres puntos de vista: edad, económico y social.

La máxima capacidad reproductiva de las parejas está antes de los 30 años, de los 30 a 35 años empezamos a entrar en una zona de subfertilidad y partir de ahí las cosas cada vez son más complicadas a la hora de conseguir una gestación.

Según el INE -Instituto Nacional de Estadística- la franja de mujeres de entre 40-44 años es lo que predomina en el Principado de Asturias. La tasa de fecundidad en Asturias, como decimos al principio, es la más baja de España, siendo la media de edad para tener un hijo de 31,2 años. Este es un condicionante importantísimo a la hora de conseguir una gestación.

La segunda variable y que va unida a la anterior es la económica, estamos oyendo y leyendo todos los días artículos sobre la Asturias vacía.

Hoy en día, las parejas más fértiles de nuestra comunidad tienen una precariedad laboral y económica que no puede afrontar la ilusión de crear una unidad familiar. Salarios bajos, contratos precarios y falta de trabajo, motivo por el que los jóvenes tienen que emigrar de su ciudad.

Que es lo que ocurre que cuando la gente se plantea formar un núcleo familiar, su edad ya compromete su poder generacional y en muchas ocasiones tiene que someterse a tratamientos reproductivos tanto a nivel público como a nivel privado, que son caros.

La medicina pública en el momento actual tiene otras prioridades más vitales que invertir en Unidades de Reproducción si nos atenemos al coste/beneficio.

En el sector privado también va a repercutir, pues según se nos está informado va existir una carestía importante, por lo que sus ahorros los destinan al día a día, con lo que los tratamientos de reproducción descenderán y consecuentemente su aportación a mantener la natalidad.

Por último, la población extranjera que hasta ahora mantenía las ratios de nacimientos, está disminuyendo de una manera importante.

Creemos que la solución está por cambiar el modelo socioeconómico, con ayudas a la concertación familiar, ayudas fiscales, trabajos fijos nuevos e innovadores, eso es lo que tiene que fomentar el Gobierno. De nada sirven los famosos "cheques-bebé", hay que dar nuevos trabajos, seguros y bien remunerados, hay que ser imaginativos.

Esto es lo que salvará, la natalidad y no la reproducción asistida y como consecuencia, a nuestros mayores.