Beatriz Chacón González salía ayer “super contenta” de la Facultad de Economía y Empresa. Super contenta porque el examen de Lengua Castellana y Literatura le había parecido “muy fácil” y super contenta porque había podido cumplir su sueño: hacer la EBAU para matricularse en Magisterio en Educación Primaria. El pasado agosto le diagnosticaron un cáncer que le mantuvo de septiembre a marzo fuera de las aulas de su instituto, el de la Corredoria. “Repetir sin merecerlo me parecía injusto. Llegaba de ponerme quimio –en total recibió 56 sesiones– y me ponía a estudiar aunque me muriese de dolores”, cuenta emocionada esta joven ovetense de 17 años.