Son las once de la mañana y en los pasillos de la facultad de Economía y Empresa de la Universidad de Oviedo reina el silencio más absoluto. Los equipos de limpieza que desinfectan a diario las aulas son el único indicio de actividad en el aulario del edificio. En uno de los despachos cercano al decanato Belén Álvarez explica contabilidad a 96 alumnos de primero. "Te sientes como un locutor de radio", asegura. Ella pide a los alumnos que conecten la cámara para guiar mejor las clases. "Si te gusta la docencia esta situación es difícil", lamenta. María García es alumna de primer curso en el doble grado de Derecho y ADE. Conoce a sus compañeros de forma virtual y organiza sus horarios para hacer mas llevadero el confinamiento académico. "Yo me concentro peor porque en casa hay muchas distracciones", asegura.
