“Mi marido me dice: ‘¡Vaya dónde te metiste!’ con todos los correos que me llegaron desde el 2 de enero, en que puse en movimiento el anuncio”, dice con una sonrisa la gijonesa Verónica Gutiérrez González mientras acude, con paso calmo pero firme pisando nieve en parte helada, a dar de comer a las ovejas xaldas que atiende en el pueblo donde vive, La Güeria de Urbiés, en Turón (Mieres), a 750 metros y que, como tantos pueblos de montaña en Asturias, también se vieron afectados por la nevadona. Desde el fin de semana estaba prácticamente despejado para caminar entre los barrios y con buen acceso por la carretera.
Ella y su marido, Borja Andrés, residentes en Gijón, decidieron hacer un cambio radical de vida y se trasladaron a vivir al pueblo de los abuelos de ella, donde ya llevan cinco años. El anuncio es claro: “Buscamos familia con niños, con experiencia en cocina, ganas de trabajar y que entiendan la vida rural como forma de vida. Ofrecemos vivienda y bar-tienda en alquiler”