LA NUEVA ESPAÑA ha reunido a cinco jóvenes que nacieron con una patología cardiaca para saber cómo ha sido su vida y cómo han ido aprendiendo a convivir con estas dolencias. La mayoría de ellos reconoce que pasaron los peores momentos de niños, cuando no entendían por qué les había tocado esto a ellos ni sus compañeros por qué siempre se escaqueaban de la clase de Educación Física. Ahí, en esas etapas más duras, para muchos fue de gran utilidad la ayuda de la Asociación de Padres y Amigos de Cardiopatías Congénitas (APACI), donde han conocido a gente con la que comparten un mismo problema y donde han recibido ayuda psicológica para saber lidiar con ello.
