Regresó una de las fiestas más importantes y queridas del verano para la región asturiana después de dos ediciones "olvidadas" por culpa la pandemia. Y el Xiringüelu traspasa fronteras, incluso más allá de España. Sin olvidar que es una fiesta tradicional enriquecedora para Asturias y, como dijo Higinio Iglesias, portavoz de la cofradía organizadora, "es algo muy emocional que representa la cultura praviana. Esperemos que Asturias dé carpetazo al fin a estos dos años tan difíciles que hemos pasado y que nos ponga en marcha como sociedad". Ayer congregó a unas 44.000 personas, según la organización.