Ángel de la Fuente, profesor e historiador del ferrocarril en Asturias, se crio en Las Caldas, en los terrenos donde ahora se asienta el campo municipal de golf y en su casa, en la que hubo ferroviarios, la vida se articulaba en torno a los horarios de los trenes que pasaban. "Así mi abuela marcaba los horarios, de ordeñar de comer y de cenar".