"Vengo a Oviedo, a la casa de todos los asturianos". El Anguleru, el personaje navideño que reparte regalos en Nochebuena y ayuda a Papá Noel en Asturias, giró este lunes por la mañana una visita a la Junta General del Principado, donde fue recibido por el presidente, Juan Cofiño. Llegó un poco tarde porque por la calle no hicieron más que pararle los transeúntes para fotografiarse con él y hacerle sus peticiones en persona. Oviedo no es pueblo, como San Juan de la Arena (Soto del Barco), lugar de origen del Anguleru, con pocos vecinos en comparación con la capital asturiana. Así que las posibilidades de encontrarse al Alcalde por la calle son muy pequeñas, más estos días de bullicio y ajetreo navideños. Oero coincidencias de la vida o, lo más probable, la magia del personaje, hizo que éste se cruzara con el alcalde, Alfredo Canteli, y el segundo teniente de alcalde, Ignacio Cuesta, en la plaza de La Escandalera, poco antes de entrar en la Junta General del Principado. Encantado se mostró Canteli de poder cruzar unas palabras con el Anguleru mientras Cuesta sostuvo a éste la piñera. «Ese es el bable que a mí me gusta, el que entienden todos», manifestó el regidor al Anguleru. Y un aviso: "Espero que trates bien a los niños en Navidad".

Así que fue una visita de la más completa la que realizó el popular personaje a la capital asturiana. Para Cuesta y Canteli tuvo de regalo unas cartas en las que invitó a los tres a escribirle sus deseos para Navidad. Tampoco le faltó la carta, junto a un cuento, a Juan Cofiño, a quien el Anguleru invitó a recordar "a aquel neñu de Parres que ya apuntaba maneras y ahora es el político que representa a todos los asturianos". El Presidente de la Junta le hizo su petición en persona y pidió para los 45 diputados "concordia y espíritu de consenso, para que los asturianos queden al margen de la tensión de la vida política española". Aunque reconoció que está algo difícil, el Anguleru prometió a Cofiño cumplir con ese deseo la próxima Nochebuena, cuando en su farol se encienda la luz mágica. Luego se fueron al despacho del presidente, a una audiencia privada.