Un cumpleaños, una fiesta improvisada, cenas a base de empanada, dulces y cervezas, encuentros inesperados con amigos… La noche fue larga pero bastante amable en lo meteorológico y muy agradable en lo social para los ganaderos y agricultores que decidieron dormir en el centro de Oviedo, atrincherados en los tractores que plantaron pasado el mediodía del jueves por las calles a modo de protesta por la crisis del sector.

Decenas de vehículos han mantenido cortadas las calles Marqués de Santa Cruz y el tramo central de la calle Uría durante las últimas horas debido a la decisión de los manifestantes de no moverse hasta la reunión comprometida por el consejero de Medio Rural, Marcelino Marcos Líndez, con los representantes de las organizaciones URA y USAGA, convocantes de esta primera movilización del campo, en la línea de las que vienen produciéndose desde hace semanas en España y el resto de Europa.

En Marqués de Santa Cruz, un grupo de ganaderos de todas partes de Asturias montó una cena improvisada con dulces y cervezas. Poco antes de la medianoche lo tenía claro: “De aquí no nos movemos. Una vez que hemos llegado hasta aquí para algo tiene que servir”.

La noche se hizo larga porque la cabina del camión "no es la habitación más cómoda del mundo" pero los ganaderos están dispuestos a seguir adelante. "No va ser la última noche aquí, de morir, morir matando", explica José Manuel Pérez de Tineo. "Mi hijo tiene diecisiete años y le gustaría dedicarse a esto pero es imposible, no hay futuro", lamenta. "Entendemos que molestamos pero estamos haciendo un bien para todos, la gente nos está apoyando", añande. Sentado en una marquesina de autobús frente a su tractor Rubén Sixto destaca los gestos de solidaridad de la gente. "Una señora nos invitó a subir a desayunar a su casa, nos sentimos acompañados". "Tomamos la decisión de quedarnos porque nos están dejando sin opciones, no hay relevo generacional y muchas ganaderías están en peligro de desaparición", lamenta.