"Arte del movimiento con beneficios que duran toda la vida". Así define Fernando Pedregal la disciplina que, en cierto modo, le ha cambiado la vida a él, a su hermano Manuel y a los alumnos que cada semana pasan por su centro. Un espacio ubicado en pleno corazón de Oviedo en el que las máquinas se convierten en el mejor aliado para desarrollar el potencial físico de todos los que se animan a practicar una técnica abierta a romper estereotipos.

Atrás parecen haber quedado los clichés que consideraban el pilates como una disciplina principalmente elegida por mujeres de edades maduras. Cada vez más hombres de todas las edades y estados físicos se lanzan a abrazar todo lo que esta práctica puede ofrecer. "Supongo que cada vez más hombres se animan a venir porque se encuentran a gusto entrenando. Nosotros realizamos entrenamientos que pueden ser muy físicos, orientados a elongar y controlar el cuerpo, la respiración... sin descuidar los ejercicios de fuerza que son clave para retrasar el envejecimiento", señala Fernando Pedregal.