Lo que parecía una tradicional vigilia pascual en un convento de Zaragoza supuso la muerte de su capellán, Javier Sánchez. Ocurría el pasado sábado. Durante la misa, se bendijo el agua, el fuego y se encendió el cirio Pascual, momento en el que se vivió la tragedia ante la mirada de los allí presentes. Fue en ese momento cuando al sacerdote se le prendió su hábito con una vela. Al parecer se interpuso entre el fuego y las religiosas para que no se vieran afectadas. Se había utilizado parafina para la liturgia, una sustancia inflamable que combinada con la llama de la vela envolvió al sacerdote, provocándole quemaduras en más del 50% de su cuerpo. Rápidamente fue trasladado al hospital en estado grave, donde ha permanecido en la UCI durante cinco días hasta que esta madrugada ha fallecido. Su muerte ha provocado gran conmoción en la capital aragonesa. Javier Sánchez tenía 60 años y era muy querido por los vecinos. Aficionado a la música, muchos le conocían como el ‘cura rockero’. Tocaba la guitarra y había publicado varios discos. Su familia podrá despedirlo mañana en un funeral privado en el convento donde se produjo el accidente.