A todo el mundo le guste tener la casa limpia y reluciente. Junto con lo baños y la cocina, otro de los aspectos fundamentales que determina la limpieza de una vivienda son sus paredes. Por el uso diario y el roce de muebles, la ropa o la puntera de los zapatos, las paredes de nuestra casa casi siempre acaban marrones, emborronadas y llenas de pequeñas manchas.

Da igual tener el suelo y los cristales relucientes, si en medio de un muro blanco aparece una mancha o una sombra. Hay pinturas que soportan una limpieza más profunda con agua y jabón pero algunas no toleran este tipo de productos y solo cabe volverlas a pintar.