Se acerca esa época del año en la que el frío inunda la estancia y debemos ponerle remedio a toda costa. Antes de recurrir a cualquier método para mantener caliente la casa, es fundamental averiguar si realmente tenemos la casa aislada o si, por el contrario, hay algún rincón por el que se está escapando el calor. No se trata tanto de encontrar la manera de generarlo, sino de retenerlo.

A la hora de comprobar si el calor se está manteniendo en la estancia el primer lugar al que solemos acudir son las ventanas. Contar con unos cristales amplios que dejen entrar la luz en abundancia a cada habitación es una suerte de la que no todo el mundo puede disfrutar.

Sin embargo, no todo son ventajas en torno a esta cuestión, sobre todo cuando llega el invierno. Ten en cuenta que, al igual que se cuelan las corrientes de calor en verano, lo hacen las frías en los meses más frescos. Es fundamental que pongamos a punto varias partes de la casa para prevenir inconvenientes durante las estaciones venideras. Muchas ventanas terminan dando de sí sus cerraduras y su labor fijadora se queda en el olvido.

La recomendación más habitual es que, si se nota mucho, hagas un cambio en la instalación para crear un entorno completamente aislado. Eso sí, no todo el mundo cuenta la capacidad económica suficiente como para llevar a cabo un cambio de este calibre en casa.