Por la mínima, tan solo un voto, in extremis y sufriendo hasta el final. El Gobierno ha salvado la reforma laboral. La votación ha sido de auténtico infarto. El pánico se ha apoderado del banco azul cuando la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, se ha equivocado al contar los votos y le ha dado uno más al no. Ha llegado a decir que el decreto quedaba derogado. Dos diputados de UPN se han revelado contra las directrices de su partido, y en un primer momento, las cuentas salían en positivo para los populares. Pero tras unos segundos, Batet ha aclarado que el resultado eran 175 síes y 174 noes. Ese voto de diferencia ha sido un error de un diputado del PP, que votaba de manera telemática. Cuca Gamarra y Teodoro García Egea, al darse cuenta, han estallado al término del pleno contra la presidenta, que les ha negado la palabra al no hallarse ninguna irregularidad en la votación.