Shakira se sentó hoy en el banquillo de los acusados en Barcelona para responder al presunto delito de fraude fiscal que cometió durante los años 2012 a 2014 y por el que se enfrentaba a se enfrentaba a una reclamación de condena a ocho años y dos meses de prisión, y multa de 23,8 millones de euros. Pero, tal y como se venía especulando, la cantante llegó a un acuerdo con la Fiscalía, por lo que el juicio duró apenas 15 minutos. Su abogada ha explicado el que motivo fundamental del acuerdo no fue “evitar la cárcel, sino que lo hizo por sus hijos. Shakira quiere evitarles una mayor presión mediática y garantizar su tranquilidad, por lo que accedió a pactar con las acusaciones”, aseguró Miriam Company