Ni en el peor de los escenarios los habitantes de Kabul se imaginaban que su ciudad iba caer tan pronto. La llegada de los talibanes ha provocado un precipitado éxodo, tan caótico que la capital se ha convertido en una ratonera para miles ciudadanos, atrapados en tremendos atascos. Lo cierto es que la reconquista de Afganistán está resultando un paseo militar para los fundamentalistas. Como fichas de dominó han ido cayendo en sus manos una tras otra las principales ciudades del país, Jalalabad, la penúltima, también sin apenas dar un tiro. Quedaba rematar con Kabul, aunque se está negociando para que su captura sea pacífica.