Los ciudadanos de Kabul tratan tímidamente de recuperar su vida normal. Algunos ya han reabierto sus pequeños negocios mientras miran con incertidumbre un futuro bajo control talibán. La situación, dicen, mejora lentamente, aunque ahora lo que les preocupa es el precio de los productos, muy encarecidos por la guerra. Hay escasez y poco dinero con el que comprarlos. En las calles, hay gente que ya se atreve a salir de sus casas mientras las calles recuperan poco a poco el tráfico normal. Eso sí, todos los edificios gubernamentales permanecen cerrados.