El planeta entero ha estado pendiente del discurso de Vladimir Putin, y de su visión del mundo. La decisión sobre el Donbás venía precedida de otra de sus puestas en escena estilo imperial: en este caso, la reunión del Consejo de Seguridad. Y después también de las últimas escaramuzas en esa zona. Incidentes, según Ucrania, prefabricados por Moscú. El Gobierno de Volodímir Zelensky deja ya a un lado los llamamientos a la calma. Y pide la convocatoria urgente del Consejo de Seguridad de la ONU. La Unión Europea se ha movilizado ante el último movimiento de Putin. El reconocimiento de la independencia del Donbás va más allá del hecho en sí. Rusia podría usar una supuesta persecución de los prorrusos por parte de Ucrania para anexionárselos, o incluso para una invasión a gran escala. De la que Estados Unidos ha asegurado hoy que sería brutal. El Kremlin estaría incluso elaborando listas negras de ucranianos que deberían ser capturados o asesinados.