Sin dar muchos detalles, la presidenta del Parlamento Europeo, Roberta Metsola, anunciaba su viaje a Kiev. Un claro gesto de apoyo a Ucrania a las puertas de una nueva reunión con Rusia. Eso sí, telemática y con el compromiso de Moscú en duda. Porque poco o nada ha cambiado sobre el terreno. Es cierto que ha cumplido su promesa de facilitar corredores humanitarios. Unas 75.000 personas han conseguido, por fin, salir de la desolada Mariúpol.