Sacan fotografías, graban vídeos y recogen casquillos del suelo. Buscan evidencias de crímenes de guerra en Bucha. Lo hacen acompañados de artificieros como Vladimir. Ucraniano, ha reconocido a su cuñado entre los cadáveres. Entre varios hombres los van sacando y metiendo en bolsas. Muchos terminan en fosas comunes, en las que habrían enterrado a 70 personas. Cada vez salen a la luz más imágenes estremecedoras. Y no serán las últimas porque Volodímir Zelenski les ha pedido a los periodistas que lo documenten todo para que el mundo vea "lo que ha hecho Rusia". Quien, por cierto, sigue negando categóricamente su implicación en la masacre. A sus ojos todo es un gran montaje de Ucrania. Una idea que defiende a capa y espada su embajador en la ONU. Hoy mismo presentará pruebas "empíricas" para rebatir su participación en una reunión extraordinaria del Consejo. Por eso para Estados Unidos es "ridículo" que Rusia siga siendo miembro de este órgano y buscará su expulsión esta misma semana.