A ritmo de reggae y con el porro en mano, miles de berlineses festejaban la entrada en vigor de esta nueva ley que convierte a Alemania, tras Malta y Luxemburgo, en el tercer país de la Unión Europea en despenalizar parcialmente el consumo de marihuana. A partir de hoy, los cuatro millones y medio de consumidores alemanes podrán cultivar en casa hasta tres plantas como máximo para uso particular. En la calle, podrán consumir hasta 25 gramos sin temor a ser multados, pero no podrán venderla. El tráfico continuará perseguido y penalizado. El espíritu de la ley, según el Gobierno alemán, busca golpear el menudeo del que se lucra el mercado negro. Un triunfo para las asociaciones de consumidores tras años de reivindicación. La ley ha sido duramente criticada por la oposición conservadora, con el argumento de que se disparará el consumo y la dependencia.