Esta crema es imprescindible desde 1911. Sí, sí, ¡ha leído bien! A principios del siglo pasado, en Alemania, el empresario Oskar Troplowitz, jefe de Beiersdorf, creó la primera emulsión estable de agua en aceite, tan blanca como la nieve: NIVEA.

Desde entonces, la marca ha recorrido un largo camino y se ha diversificado, pero el bote azul cielo y esta formulación espesa y cremosa permanecen en el Olimpo del neceser de belleza. Útil para rehidratar la piel de las manos y las zonas más secas del rostro y el cuerpo, también es inestimable para el cabello.