El juez lo tiene claro. Ni María Dolores Cospedal ni su marido Ignacio López Hierro tuvieron intervención en la operación de espionaje a Luis Bárcenas. Para el magistrado, solo existen meras sospechas, pero más allá de las reuniones del matrimonio con Villarejo, no hay constancia de órdenes o pagos realizados al excomisario por parte de la exsecretaria general del PP. Todo lo contrario sucede con el exministro de Interior Jorge Fernández Díaz. El juez lo sitúa a la cabeza de la operación ilegal. Asegura que entre 2012 y 2013, con abuso de sus funciones y conocimiento de su ilicitud, ordenó a su entonces número dos, Francisco Martínez, poner en marcha una misión encaminada a sustraer información y documentación comprometedora para el PP en manos de Luis Bárcenas. Asegura el juez que Martínez, a su vez, ordenó al número dos de la Policía, a Eugenio Pino, organizar la operación. Y este a su vez, recurrió a otro comisario, José Manuel Villarejo. Grupo que se cerró con la participación de otros seis comisarios más, todos ellos en la cúpula del Ministerio del Interior... Y con la imprescindibole colaboración de Sergio Ríos, chófer de los Bárcenas. Todos ellos se enfrentan ahora a media docena de delitos castigados con altas penas de cárcel.