Domingo, 15:12 de la tarde. El volcán entra en erupción y todas estas personas salen de sus casas sin sospechar que su vida había cambiado ya para siempre. Esa misma tarde, vemos cómo se desploma ya la primera casa. Escuchamos cómo se rompen los cristales y cómo la lava se cuela por las ventanas de las que eran viviendas idílicas. Tras una madrugada infernal. EL lunes amanece con la lengua de lava llegando al colegio de Los Campitos en Los LLanos de Aridane y ya por la tarde, sus enormes rocas incandescentes se sumergen en esta piscina de Tajuya. Mientras una a una, casi 200 viviendas se van desplomando en su camino hacia Todoque, donde entra el martes. Hasta ahí, 1,5 kilómetros cuadrados de vida sepultados para siempre.