Que los radares no saltan exactamente a la velocidad máxima permitida es algo que sabe prácticamente todo el mundo. Lo que no es tan conocido es el límite exacto al que la cámara dispara. Ahora, la Guardia Civil ha desvelado cuáles son los márgenes de error con los que trabajan estos dispositivos a los que los más rápidos temen en la carretera.